La tarea principal del docente es el de ser un estratega, capaz de diseñar actividades adecuadas a las características y necesidades de los niños.
Ser buen observador es clave para lograr un aprendizaje significativo en los niños; además a cada actividad, debe coincidir y cumplir el propósito y contenido de cada sección.
El maestro debe realizar una evaluación antes y después de la aplicación de un plan de trabajo, con el fin de valorar los logros y dificultades que se presentaron durante el proceso.
Debe tener la habilidad de comunicación de enseñanza, utilizando un lenguaje claro y censillo. Siempre debemos tener en cuenta, las habilidades que posee un niño, reforzándolas y desarrollando las nuevas.
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